viernes, 30 de septiembre de 2011

Un poema para el fin de semana #3

Este fin de semana no puedo volver a casa. Mejor dicho, no debo, porque tengo pruebas y actividades que corregir y, además, no quiero pasar demasiado tiempo en la carretera. Sin embargo, estoy animada. Esta semana ha sido agotadora y necesito descansar un poco (levantarme después de las 7 de la mañana estará bien para variar). Además, intentaré aprovechar el tiempo libre para leer (¡por fin!) y ver alguna peli.
Hace años me puse la regla de tomarme las tardes de los viernes libres. Casi nunca puedo hacerlo y no sé si hoy me decidiré a ello o adelantaré alguna cosilla. Sea como sea, intentaré disfrutar de un día completamente viernes.

Por detergentes y lavavajillas,
por libros ordenados y escobas en el suelo,
por los cristales limpios, por la mesa
sin papeles, libretas ni bolígrafos,
por los sillones sin periódicos,
quien se acerque a mi casa
puede encontrar un día
completamente viernes.

Como yo me lo encuentro
cuando salgo a la calle
y está la catedral
tomada por el mundo de los vivos
y en el supermercado
junio se hace botella de ginebra,
embutidos y postre,
abanico de luz en el quiosco
de la floristería,
ciudad que se desnuda completamente viernes.

Así mi cuerpo
que se hace memoria de tu cuerpo
y te presiente
en la inquietud de todo lo que toca,
en el mando a distancia de la música,
en el papel de la revista,
en el hielo deshecho
igual que se deshace una mañana
completamente viernes.

Cuando se abre la puerta de la calle,
la nevera adivina lo que supo mi cuerpo
y sugiere otros títulos para este poema:
completamente tú,
mañana de regreso, el buen amor,
la buena compañía.

Completamente viernes
Luis García Montero

¡Feliz fin de semana!

lunes, 26 de septiembre de 2011

En el baúl #1

Hoy empiezo esta sección del blog, en la que mostraré los libros o películas que voy comprando. Tengo que decir que son muchos los libros pendientes que tengo en casa y que ahora leo muchísimo menos de lo que me gustaría por falta de tiempo. Por eso, esta sección aparecerá muy de vez en cuando.

Normalmente compro los libros de uno en uno, pero esta vez me he decidido por comprar cuatro, ya que este año tendré menos oportunidades de visitar una buena librería.




Criadas y señoras (The help) de Kathryn Stockett.
Llevaba mucho tiempo con ganas de comprarme este libro. Lo he visto reseñado en varios blogs (Cuéntate la vida o Bitácora de (mis) lecturas) y, además, va a salir la película dentro de poco. Estoy deseando empezarlo.

CONTRAPORTADA: Jackson, Misisipi, 1962. Tras acabar sus estudios universitarios, la joven Skeeter regresa a casa, sin la menor ilusión por buscarse un marido como pretende su madre; Skeeter sueña con una vida diferente, dedicada a la literatura. Al mismo tiempo, Aibeleen, una criada negra que ha educado a diecisiete niños blancos, pierda a su único hijo en un desafortunado accidente. Su mejor amiga, Minny, conocida por su rebeldía ante las señoras blancas, encuentra trabajo en casa de una familia recién llegada que aún no conoce su fama. Cuando Skeeter conoce las historias de Aibeleen y Minny empieza a imaginar un proyecto clandestino y liberador. Estas tres mujeres unirán sus esfuerzos para rebelarse contra un orden social injusto y los prejuicios de una pequeña ciudad.

La evolución de Calpurnia Tate (The evolution of Calpurnia Tate) de Jacqueline Kelly.
Nunca viene mal una dosis de literatura juvenil y mejor aún, si como he leído por ahí, esta es una novela para “niñas grandes”. No sé si será por deformación profesional, pero me gusta echar un vistazo de vez en cuando a las novelas juveniles, para ver qué tipo de cosas leen los chavales que empiezan a aficionarse a los libros. Ojalá fueran más los que lo hicieran.

CONTRAPORTADA: Calpurnia, Callie Vee, es una niña que vive en un pueblo de Texas. A pesar de que su madre insiste en que aprenda a tocar el piano, coser y cocinar, ella está más interesada en lo que ocurre tras la puerta cerrada de la biblioteca, o en el laboratorio de su abuelo. Poco a poco irá ganándose a este señor un tanto huraño y empezará a colaborar con él en sus observaciones del medio natural, aprenderá quién es Darwin, qué son las especies y las subespecies y también lo idiotas que se vuelven los hermanos mayores cuando se enamoran.

Mi planta de naranja lima (O meu pé de laranja lima) de José Mauro de Vasconcelos.
Vi la reseña de este libro en el blog de Vero y me llamó muchísimo la atención. No dudé en llevármelo a casa.

CONTRAPORTADA: De mayor Zezé quiere ser poeta y llevar corbata de lazo, pero de momento es un niño brasileño de cinco años que se abre a la vida. En su casa es un trasto que va de travesura en travesura y no recibe más que reprimendas y tundas; en el colegio es un ángel con el corazón de oro y una imaginación desbordante que tiene encandilada a su maestra. Pero para un niño como él, inteligente y sensible, crecer en una familia pobre no siempre es fácil; cuando está triste, Zezé se refugia en su amigo Minguinho, un arbolito de naranja lima, con quien comparte todos sus secretos, y en el Portugués, dueño del coche más bonito del barrio.

El cielo es azul, la tierra blanca (Sensei no kaban) de Hiromi Kawakami.
La compra de este libro ha sido un impulso, un “a ver qué tal”. No había escuchado hablar del libro, pero me llamó la atención por el argumento y por las primeras líneas. Además, hace tiempo que no pruebo con la literatura japonesa.

CONTRAPORTADA: Tsukiko tiene 38 años y lleva una vida solitaria. Considera que no está dotada para el amor. Hasta que un día encuentra en una taberna a su viejo maestro de japonés. Entre ambos se establece un pacto tácito para compartir la soledad. Escogen la misma comida, buscan la compañía del otro y les cuesta separarse, aunque a veces intenten escapar el uno del otro: el maestro, en el recuerdo de la mujer que un día lo abandonó; Tsukiko, en un antiguo compañero de clase.

De momento, eso es todo. Intentaré sacar tiempo y ánimo (últimamente no tengo mucho) para leer cada uno de los libros y publicar las reseñas.

Besos,

Teresa

viernes, 23 de septiembre de 2011

Un poema para el fin de semana #2


Este fin de semana he vuelto a casa. Cuando tienes que mudarte a otro pueblo o ciudad por trabajo y no porque realmente te apetezca empiezas a darte cuenta de lo mucho que echas de menos tu casa. Yo me arrepiento de haber dicho que me aburría en Sevilla, que era una ciudad pequeña y en la que no podías hacer nada interesante. Ahora que vivo en un pueblo mucho más pequeño y lejísimos de cualquier capital me doy cuenta de lo mucho que echo de menos mi ciudad.

Como me he puesto algo nostálgica, os dejo un poema un poco triste, pero que me encanta.

…Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco.

Todas la tardes, el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.

Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado.
mi espíritu errará, nostálgico…

Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido…
Y se quedarán los pájaros cantando.

El viaje definitivo, Juan Ramón Jiménez
Poemas agrestes (1910-1911)

lunes, 19 de septiembre de 2011

Matar a un ruiseñor (To kill a mockingbird)

FICHA TÉCNICA
Director: Robert Mulligan
Guión: Horton Foote (novela: Harper Lee)
Actores principales: Gregory Peck, Mary Badham,  Brock Peters, Phillip Alford...
Nacionalidad: estadounidense
Año: 1962    
Duración: 129 minutos


Para terminar con las cuatro películas de Gregory Peck que me propuse comentar, hablaré sobre mi favorita: Matar a un ruiseñor. Me resulta muy difícil expresar cuánta belleza encuentro en este relato aparentemente tan sencillo pero, sin embargo, tan lleno de matices. Comentaré a la par la película y el libro, puesto que ambos se encuentran en mi grupo de favoritos de todos los tiempos. Pongo la banda sonora a continuación para ambientar la reseña, jeje.


Matar a un ruiseñor es la única novela que escribió Harper Lee, una autora estadounidense nacida en una pequeña localidad de Alabama en los años veinte. Por esta obra le fue concedido un más que merecido premio Pulitzer en el año 1961. Así, en los años sesenta, la autora recuerda su infancia y vuelve a la época de la gran depresión para contarnos su historia vista a través de los ojos de una niña. En ella se mezclan las dulces anécdotas de la infancia con las injusticias del mundo de los adultos. Todo ello conforma un drama que, tomando como origen el tema del racismo, narra de manera certera cómo debía ser la vida en las pequeñas localidades de la "América profunda".
Pequeños tesoros de infancia

Harper Lee nos cuenta el devenir de una familia, los Finch, en un pueblo sureño, que podría ser el de la propia autora. Atticus Finch, el padre, es un abogado que no teme defender en un juicio a todo aquel que lo necesite, sea cual sea su posición social, su nivel económico o su raza… y es que, en los años treinta, especialmente en los pueblos del sur, no se ve con buenos ojos que un blanco salga en defensa de un hombre negro.
A la hora de dormir

La cara amable de la película nos la proporcionan los hijos de Atticus: Jem y la pequeña Scout. Ambos pasan el verano entre juegos e historias de miedo acerca de un vecino muy peculiar: Boo Radley. Los dos niños son testigos de cómo la tranquila existencia que llevan puede cambiar drásticamente con un incidente completamente ajeno a su mundo. Tom Robinson, un hombre negro, es falsamente acusado de violar y agredir a una joven blanca. Atticus no duda en defender a Robinson en el juicio, a pesar de que todo el pueblo se le ponga en contra.
Los hermanos Finch

Gregory Peck interpreta maravillosamente a Atticus Finch, papel que le llevó a ganar un Óscar como mejor actor. El carácter bondadoso, generoso y tranquilo de Atticus queda plasmado a la perfección. Mención especial merece también Mary Badham, la actriz que interpreta a Scout. He visto pocos actores infantiles con ese talento, con esa mirada tan intensa y que se ajusten tanto a la manera en que te imaginas al personaje de la novela.
Atticus Finch en el juicio de Tom Robinson

La banda sonora, como la novela, posee una belleza sencilla, que hace que te transportes a esos tiempos en los que la vida transcurría sin prisas, sin nada mejor que hacer que asistir a la escuela o inventar juegos con amigos y hermanos.
Como curiosidad, me gustaría destacar que, mientras que la propia Harper Lee está reflejada en el personaje de Scout y su padre en el de Atticus, el amigo de los hermanos Finch, Dill, representa a un joven Truman Capote, muy amigo de la escritora desde la infancia.
Mi gata suele acompañarme en las lecturas

Gracias a la colaboración de la propia Harper Lee, que estuvo presente en el rodaje, la película no desmerece en absoluto a la novela. No he visto mejor adaptación cinematográfica que esta y, aunque la novela no tenga demasiada acción y la película sea un poco lenta,  da gusto leer/ver Matar a un ruiseñor. Ambas son imprescindibles, tanto en la literatura americana contemporánea como en la historia del cine.

Mis citas favoritas, tanto del libro como de la película:

Atticus Finch no hacía nada que pudiera despertar la admiración de nadie: no cazaba, no jugaba al póker, no pescaba, no bebía, no fumaba... Se sentaba y leía.

Atticus le dijo a Jem un día:
-Prefiero que disparéis a las latas vacías en el patio trasero, pero sé que querréis ir tras los pájaros. Dispara a todos los arrendajos azules que quieras, si es que puedes, pero recuerda que es pecado matar a un ruiseñor-.
Ese fue el único momento que escuché a Atticus decir que era un pecado hacer algo, y le pregunté a la señorita Maudie al respecto.
-Tu padre tiene razón-, me dijo ella. Los ruiseñores no hacen otra cosa que crear música para que la disfrutemos. No se comen los jardines de la gente, no hacen nidos en los graneros, no hacen otra cosa que entregarnos su corazón. Por eso es pecado matar a un ruiseñor.

Nunca conoces realmente a una persona hasta que no has llevado sus zapatos y has caminado con ellos.

Hijo mío, hay muchas cosas feas en el mundo, me gustaría que no tuvieras que verlas, pero no es posible.

Mi puntuación, sin ninguna duda, es de 10, tanto para el libro como para la película.

Besos,
Teresa

viernes, 16 de septiembre de 2011

Un poema para el fin de semana


Este año he empezado a trabajar  en un nuevo instituto.  Hoy hemos tenido una reunión en la biblioteca algunos de los profesores. Era la primera vez que entraba y, mientras el jefe de estudios hablaba, yo me quedé mirando una pancarta que estaba pegada en una pared.  Sobre un fondo rojo, en letras de papel blancas, había escrito un conocido poema que quiero compartir:




Al lector de pronto se le llenaron los ojos de lágrimas.
Y una voz cariñosa le susurró al oído:
¿Por qué lloras, si todo
en este libro es mentira?
Y él respondió:
Lo sé;
pero lo que yo siento es de verdad.
Ángel González

¡Feliz fin de semana!

P.D. La imagen pertenece al cuento Cyrano, preciosamente ilustrado por Rebecca Dautremer. 

lunes, 12 de septiembre de 2011

Estupor y temblores (Stupeur et tremblements)

AUTORA: Amélie Nothomb
EDITORIAL: Quinteto (Anagrama)
VOLUMEN: 143 pp.
PRECIO: 6,95 €
ADQUIRIDO EN: La Casa del Libro (Sevilla). Agosto 2011
LEÍDO EN: septiembre 2011
OTROS: Metafísica de los tubos, Ni de Eva ni de Adán

Esta es la segunda novela que leo de Amélie Nothomb después de Ni de Eva ni de Adán. Aunque ha pasado poco tiempo entre las dos lecturas, la primera me dejó buen sabor de boca y me compré en seguida la siguiente. Estos días he estado de viaje, por lo que me decidí por un libro corto y ameno.

En Estupor y temblores, Amélie Nothomb relata sus vivencias en la empresa japonesa Yumimoto, durante el año 1990.  Por entonces, la autora tenía veintidós años y acababa de terminar sus estudios. Su intención era hacer de traductora en la empresa, pero en seguida es trasladada al departamento de contabilidad. Progresivamente, la joven belga va siendo degradada, ya que a los nipones no parece hacerles demasiada gracia que hable un japonés perfecto ni que tenga ese sentido del humor a la hora de responder. Es precisamente gracias a este buen humor por lo que Amélie aguanta un año entero en Yumimoto, soportando toda clase de comentarios humillantes hacia su inteligencia.
Precioso cartel de una peli de la que no conocía su existencia

Aunque la autora invente o exagere parte de las historias que cuenta, creo que su visión del trabajo en una empresa nipona no dista demasiado de lo que debía ser la realidad: absoluta sumisión a los jefes, imposibilidad de tener iniciativa a la hora de enfrentarse a nuevos proyectos, etc. Nothomb insiste en que Japón es el país con la mayor tasa de suicidios del mundo y, viendo cómo la autora describe lo exigente que puede llegar a ser la sociedad japonesa, no es de extrañar.

Lo que más me ha gustado de esta breve novela autobiográfica es la capacidad que tiene la autora para describir una experiencia tan traumática con tanto sentido del humor. Sinceramente, yo sería incapaz de estar un año en esas condiciones laborales. Habría dimitido en un santiamén. Por otro lado, me encanta el hecho de que esté basada en la experiencia de alguien que ha vivido en Japón. Me apasiona la cultura japonesa, con su bellísima y complicada lengua, sus costumbres ancestrales, pero también con su alto nivel de exigencia personal y profesional. Por eso, creo que he aprendido leyendo esta novela y he visto el lado más cruel de esos eficientes japoneses a los que tanto admiro.

Amélie describe, además, a todos sus compañeros de trabajo de una forma tan certera que puedes imaginarlos en su día a día en la empresa. Fubuki Mori, su jefa directa, se nos presenta como una bellísima y dulce joven. Sin embargo, será ella la que más daño haga a Amélie que, a pesar de todo, admira continuamente la belleza  de sus rasgos nipones. El inmenso Sr. Omochi es ese jefe que jamás desearíamos tener: desagradable, gritón y al que pareces importarle menos que nada. Pero no todo es malo, porque están los angelicales Haneda y Tenshi para compensar.

Destaco como curiosidad un diálogo entre Amélie-san y la señorita Fubuki Mori. Ante el aparente interés de la japonesa por un joven empresario holandés, la belga le dice a su jefa:

“Tiene dos años menos que usted. Según la tradición nipona, es la diferencia de edad perfecta para que sean un anesan niobo, una “esposa-hermana mayor”. Los japoneses piensan que este es el mejor matrimonio: la mujer tiene justo un poco más de experiencia que el hombre. Así, le hace sentirse cómodo.”

Me parece curioso que exista un nombre para este tipo de relación y que, además, se considere la idónea. Y es que esa es la diferencia de edad entre mi pareja y yo ^^

Para terminar, me gustaría señalar que siempre me resultan chocantes los títulos que elige la autora para sus novelas. No obstante, siempre quedan bien explicados cuando lees el libro. En este caso, Nothomb nos dice: “El antiguo protocolo imperial nipón establece que uno deberá dirigirse al Emperador con estupor y temblores. Siempre me ha encantado esta fórmula […]” Así, entendemos cómo debía sentirse la pobre Amélie cuando se dirigía a sus jefazos de Yumimoto.

Para resumir, me ha gustado mucho Estupor y temblores, ya que he disfrutado de la lectura, me he reído con las ocurrencias de la Nothomb y he aprendido un poco más sobre la cultura japonesa.

Mi puntuación: 7,5

Besos,
Teresa

miércoles, 7 de septiembre de 2011

De amor y de sombra

AUTOR: Isabel Allende
EDITORIAL: Planeta DeAgostini
VOLUMEN: 268 pp.
PRECIO: desconocido
ADQUIRIDO EN: prestado
LEÍDO EN: agosto-septiembre de 2011
LIBRO RELACIONADO: La casa de los espíritus

Por fin he terminado la lectura que tenía entre manos. Y digo “por fin” no porque no la haya disfrutado, sino porque me da rabia cuando los libros se me alargan tanto tiempo que pierdo el hilo de la historia. No es culpa de la novela, sino de las circunstancias: el viaje a Estambul y mi traslado me han tenido apartada de los libros durante días enteros. A ver si ahora puedo tener un ritmo de lecturas más ágil.

De amor y de sombra (1984) es la segunda novela de Isabel Allende tras La casa de los espíritus (1982). En ella narra la historia de tres familias: los Beltrán, los Leal y los Ranquileo, cuyos destinos se entrelazan en la convulsa época de la dictadura militar chilena. Irene Beltrán es una joven de buena familia, jovial y generosa que trabaja como periodista. Es precisamente en su trabajo donde conoce a Francisco Leal, que intenta ganarse la vida como fotógrafo ante la imposibilidad de hacerlo como psicólogo. Ambos protagonistas entran en contacto con la familia Ranquileo gracias a un trabajo para la revista: la hija menor, Evangelina, es capaz de producir pequeños milagros. Un día, el hogar de los Ranquileo es asaltado por militares, que se llevan a la niña. La desaparición de la pequeña y el afán de Irene y Francisco por destapar la verdad les llevará por un camino de sombras, donde también hay un diminuto lugar para el amor.

Aunque sea una conclusión muy obvia, la lectura de la novela me ha hecho pensar sobre lo terrible que es vivir en una situación política de dictadura: la falta de libertades de todo tipo, las miserias económicas, el temor continuo por la propia vida y las de nuestros familiares… No puedo imaginar lo horrible que debió ser vivir día tras día con esa incertidumbre, viendo el exilio como la única salida, pero sufriendo por las personas a las que tendrías que dejar atrás.

En la novela se hace especial hincapié en los abusos militares sobre la población civil, de manera que llegas a detestar a los personajes que pertenecen al ejército. Y es que, si una guerra es siempre terrible, una guerra civil lo es más… porque aun cuando la guerra acaba, el horror permanece. La herida no cicatriza porque el dolor nos impide perdonar a los que nos hirieron o nos delataron.

Los personajes de Irene y Francisco, inspirados o no en personas reales, dan muestra de un inmenso valor, que los obliga a perseguir la verdad, cueste lo que cueste. Porque una vez que empiezan a tirar del hilo ya no hay marcha atrás. Cuando la verdad se les revela les resulta imposible darle la espalda y reclamarán una justicia que parece haber muerto junto a la libertad de todo su país.

En comparación con La casa de los espíritus, creo que De amor y de sombra tiene una historia interesante, con un trasfondo político muy bien descrito. Sin embargo, sus personajes no tienen el encanto de los del primer libro. Ni siquiera Irene Beltrán puede ponerse al mismo nivel que la clarividente Clara Trueba. Además, en esta segunda novela, Isabel Allende presta menos atención a las anécdotas fantásticas características del realismo mágico, para centrarse en la situación política del Chile dictatorial, lo que hace que la novela pierda parte de su encanto y sea algo más cruda.

Como punto negativo, creo que a veces la autora se recrea demasiado contando detalles de la historia amorosa de los protagonistas que no aportan mucho a la trama y, en otras ocasiones, tengo la sensación de que estoy releyendo historias que ya ha contado.

En definitiva, De amor y de sombra me parece una bonita historia de leer (aunque triste y dolorosa) pero, en mi opinión no iguala a su predecesora en cuanto al atractivo de historias y personajes. Isabel Allende y su forma de escribir me recuerdan a García Márquez y, por eso, me han entrado muchísimas ganas de volver a leerlo, aunque creo que, de momento, seguiré con otras lecturas.

¡Ah! Aunque hay una versión cinematográfica de la novela, no me llama mucho la atención, así que no creo que me anime a verla de momento.

Mi puntuación: 7

Besos,
Teresa

domingo, 4 de septiembre de 2011

Recuerda (Spellbound)


FICHA TÉCNICA
Director: Alfred Hitchcock
Guión: Ben Hecht
Actores principales: Ingrid Bergman, Gregory Peck, Michael Chekhov,  Leo G. Carroll…
Nacionalidad: estadounidense
Año: 1945    
Duración: 111 minutos

Con el ajetreo de estos días he tenido poquísimo tiempo para leer o ver películas. Por suerte, este fin de semana he podido volver a casa y he sacado un rato para ver una peli.  Como ya dije en otras entradas del blog,  quería hacer reseñas de cuatro pelis que tienen a Gregory Peck como protagonista: El cabo del terror, Horizontes de grandeza, Recuerda y Matar a un ruiseñor. Es el turno de la tercera de ellas.

La doctora Constance Petersen es una joven psiquiatra que trabaja en la clínica Green Manors. Sus colegas la ven como un médico eficiente, aunque demasiado fría. Esta frialdad desaparece cuando conoce a Anthony Edwardes, el nuevo director del hospital psiquiátrico. Ella se enamora desde el primer momento en que le ve (¿y quién no lo haría? xD) y él no tarda en corresponder sus sentimientos. Sin embargo, el joven doctor parece tener reprimidos ciertos recuerdos (padece una fuerte amnesia), lo cual le provoca fuertes reacciones ante estímulos como el color blanco. Mediante el uso del psicoanálisis, la doctora Petersen pretende sacar a la luz el problema de su amado. Pero puede ser que él no quiera recordar su pasado, porque teme lo que pueda haber hecho.
La primera vez que Constance Petersen ve al nuevo director

En Recuerda, Hitchcock utiliza como hilo conductor el psicoanálisis, disciplina con carácter científico que pretendía sacar a la luz los sentimientos reprimidos por la parte consciente del cerebro, de manera que los pacientes pudiesen curarse mediante la expulsión de sus traumas, casi todos de infancia. Las teorías de Freud estarán presentes durante toda la película, siendo la doctora Petersen una de sus seguidoras. Al parecer, Hitchcock no creía demasiado en el psicoanálisis y no le interesaba en absoluto darle más importancia de la debida en el argumento de la película. El productor de la misma, David O. Selznick, quería demostrar a toda costa las maravillas de los métodos psicoanalíticos, por lo que discutió más de una vez con el director.
La doctora intentará ayudar a su amado a toda costa

Cuestiones psiquiátricas aparte, Recuerda pretende ser una película de suspense al más puro estilo Hitchcock: con su dosis de inocente romance entre los protagonistas y con una intriga bien sostenida durante toda la película, en la que todo se desvela al final, sin que llegues a sospechar nada hasta el mismísimo final. Sin más pretensiones que esa, creo que es una película estupenda, con unos grandes actores protagonistas. Bergman ya había rodado Casablanca, pero para Peck se trataba de uno de sus primeros papeles protagonistas (aún no había cumplido los treinta). A pesar de que algunas escenas me parezcan algo exageradas en la actuación (no termino de creerme algunos desmayos de Peck), creo que confiere a su personaje ese aire de misterio que le envuelve y que te hace dudar de sus intenciones continuamente.
Este fotograma me produce escalofríos

Es imprescindible mencionar la aparición de la mano de Dalí en la creación de los decorados en la escena en que el personaje de Peck cuenta su sueño. Para mi gusto se le podía haber sacado más partido al artista catalán, con una escena algo más larga. Supongo que no se quería caer demasiado en el surrealismo y centrar más la trama en la historia de suspense.
La mano de Dalí en el mundo onírico de la película

Por resaltar algún aspecto negativo, me han resultado muy chocantes ciertos comentarios machistas de la película. Por ejemplo, que una mujer enamorada no es capaz de ser buena psiquiatra. Incluso, hay una escena en la que el personaje de Peck bromea con pegar al de Bergman. No sé si tendrá algo que ver la traducción o si serán cosas de la época, pero me parecen comentarios de dudoso gusto y que hoy no se harían en el cine con tanta ligereza.

Lo que más me ha gustado:
3.- El uso del psicoanálisis como trasfondo. Estudié algo de las teorías psicoanalíticas en la facultad y, aunque creo que tienen muchísimos errores, me parecen muy interesantes y un avance para conocer el funcionamiento de la mente humana.
2.- Las actuaciones del dúo protagonista, Peck y Bergman, así como la del antiguo mentor de la doctora Petersen.
1.- El suspense tan bien sostenido de la película, para al final descubrir algo tan interesante…

Mi puntuación: 8

Hasta pronto,
Teresa